Parece que mi calle
tantas veces insignificante
ahora, como un milagro
se abre y se extiende recta,
como indicando algo,
su segura y única dirección:
"Las cordillera de Los Andes"
Observo inmóvil, silenciosa,
la ida del otoño sabio,
que ensambla piezas
del rompecabezas
y deja ver al final de la calle
el plomizo paisaje .
Montañas que se ondulan perfectas,
como senos bajo
el blanco abrigo de
nieve y nubes
acariciando suave
su piel empinada.
Picos nevados de Julio...
Altos picos.
Detienen el recorrido
de mi inquieto mirar.
Más allá... percibo
tu presencia:
Tu piel morena es mi desvelo,
tus ojos negros son mi cielo.
Entre tus brazos fuertes
aquietarme quiero.
Allá cruzando
el ímpetu cordillerano
está mi tesoro,
está mi amado.
Y no hay lejanías
cuando dos corazones
de Amor están palpitando.
(c) - 2001 - Bettiana Vázquez
IMpresionante poema, me ha gustado.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Vengo del Blog de nuestro Amigo en común RAFAEL H. LIZARAZO (Del Blog:misversos-rahulig) y me ha encantado Tu Bello Espacio; por lo cual, si no te importa, me apunto como seguidor de Tu Mágico Rincón.
ResponderEliminarTe invito a pasar por mi blog:http://poesiayvivencias.blogspot.com.es/
Abrazos.
Preciosa Poesía con ese binomio mágico de ese Amor y eso Inmensos,
ResponderEliminarexpresivos y majestuosos Andes...Me ha encantado leerte.
¡¡¡Gracias por seguir mi blog!!!
Ya estoy siguiento tu Hermoso Espacio.
Abrazos.
El amor cual un cóndor volará y los Andes cruzará...
ResponderEliminarMe gustaría caminar por tu calle.
Abrazos.
Muy bello, me gusta tu blog. Gracias por dejar tu huella.
ResponderEliminar